Alergia en primavera

Hoy hablamos de la alergia en primavera. En pleno apogeo de época primaveral, este año, ya sea por las últimas lluvias, por las altas temperaturas, o porque llevamos mucho tiempo usando mascarilla y filtrando el aire que respiramos, y ya no estamos acostumbrados al “aire puro”, este año, las rinitis alérgicas, los ojos hinchados y llorosos están presentes en más ocasiones que otros años.

¿Por qué se produce la alergia en primavera?

La alergia al polen o a algunos tipos de pólenes son una respuesta defensiva del organismo, que produce inflamación de la piel o la mucosa del tracto respiratorio por la liberación, entre otras, de una sustancia llamada histamina. Aunque ya que estamos, repasemos algunas de las principales causas de aumento de las histaminas y de los síntomas que provoca:

  • Pólenes
  • Ácaros
  • Pelo de animal
  • Estrés o ansiedad
  • Algunos fármacos
  • Algunos alimentos

Más consecuencias de la liberación de histamina son la congestión nasal, secreción de moco, tos y dificultad respiratoria, tanto en el proceso de espiración como en el de inspiración.

Dificultades para respirar

La dificultad en la respiración y la sensación de falta de aire provoca un aumento de la frecuencia de inhalaciones para tratar de saciar la necesidad de oxígeno. Este aumento en la velocidad respiratoria implica que esta será necesariamente superficial, provocando un aumento de la sequedad bucal y una menor oxigenación, lo que obligará al corazón a aumentar su ritmo para la distribución del poco oxígeno que se está incorporando. Otras de las posibles consecuencias del exceso de histamina son:

  • Dolor de cabeza.
  • Alteraciones gastrointestinales.
  • Dolores.
  • Dermatitis.
  • Alteración del ritmo cardíaco.

Qué nos provocan los síntomas de la alergia

Estos síntomas, unidos a la sensación de falta de aire generan nerviosismo y ansiedad, lo que obstaculiza, aún más, la mermada capacidad de entrada de aire, que hace aumentar la producción de histaminas, alimentando así, un círculo vicioso difícil de cortar.

Reconocer las causas que desencadenan la reacción alérgica y reconocer los posibles síntomas, nos ayudará a identificar el círculo vicioso y a romperlo lo antes posible para evitar su retroalimentación. Ante el primer síntoma o sospecha de cercanía de desencadenante, tres consejos rápidos:

  1. Entrena las respiraciones diafragmáticas, lentas y profundas (que no sobrepasen las 6 respiraciones por minuto), hazlo durante varias veces al día, intensifica cuando no hayas podido evitar estar cerca del motivo de tu alergia.
  2. Bebe agua en pequeños sorbos, lentos, de manera consciente, aprecia su frescor, su falta de sabor y su textura. El agua te hidratará y la observación de sus propiedades rebajará tu nivel de activación, ayudándote a relajar y reducir los niveles de histamina.
  3. Entrena una buena higiene del sueño, la falta de sueño incrementa la producción de histaminas.

Con un poco de práctica y tesón, tu calidad de vida mejorará considerablemente, si necesitas compañía en el proceso de entrenamiento, no dudes en pedir ayuda, estaremos encantados de ofrecértela.