Consejos para no perder la atención por el estrés

Tratar de no perder la atención, en nuestro día a día, en el trabajo o en casa, por motivos de estrés, es un reto al que se enfrenta buena parte de la población española y del mundo.

Como ya os dijimos en el post anterior, es un hecho demostrado que el estrés afecta a nuestra memoria a corto plazo, haciendo que perdamos la atención y nos despistemos, lo que a la larga termina significando una menor productividad en cualquier entorno.

En esta ocasión lo que pretendemos es arrojar algo de luz que puede ayudar a que las personas mantengan un nivel de concentración óptimo, tratando de relajarse y alejando el estrés que evita estar plenamente concentrados.

Más allá de la meditación, existen técnicas, que utilizan incluso cuerpos de élite como los Seals americanos, con el fin de mantenerse despejados antes de sus actuaciones y sus misiones. La más conocida es la de la respiración.

La respiración nos ayuda a no perder la atención

Y es que aunque pueda parecer sencillo, respirar bien no lo es tanto y más cuando nos encontramos bajo los efectos del estrés. De esta forma se plantean ejercicios que tienen una doble misión: por un lado controlar la respiración en procesos de estrés y por otro ayudan a concentrarte porque tienes que seguir unas pautas.

Como ejemplo: inspira por la nariz 4 segundos inflando el abdomen, mantenlo durante dos segundos y expúlsalo durante 4 segundos desinflando abdomen. Haz un reposo de 2 segundos y retoma este ejercicio. Así durante un minuto al menos. Ya verás como esto te ayuda a focalizar y a que también te sientas mejor.

El biofeedback mejora la atención

Otro consejo que te damos es que te pruebes las sesiones de bioefeedback. Un entrenamiento basado en biofeedback te va a ayudar a mantener a raya el sistema ‘simpático’ que es el encargado de acelerar el ritmo del organismo, la respiración, el corazón y sobrecarga la musculatura. El sistema ‘parasimpático’ es el opuesto, el encargado de controlar la reducción del ritmo cardíaco y no perder la atención o concentración.

Mientras mantengamos un nivel elevado de atención en una tarea, mantendremos el ‘simpático’ desactivado y por lo tanto el nivel de relajación y bienestar serán máximos. Ante otra situación de peligro se activarán y estaremos en alerta. Con un buen entrenamiento podemos aprender a controlar nuestros estados de alerta y desactivación para tener la libertad de elegir el momento en el que estar atentos a algo sin que nada ni nadie perturbe nuestra dedicación a eso sobre lo que estamos prestando atención, ya sea con estímulos externos provocados por agentes del entorno o con estímulos internos provocados por nuestros propios pensamientos.