Una fuente más de estrés. Así ha sido la pandemia provocada por el coronavirus desde sus inicios, con sus altos y sus bajos. Pero cuando parecía que el ambiente estaba tranquilo, las últimas incidencias acumuladas tan elevadas y la incertidumbre de lo que está pasando en este momento ha reactivado la sensación de estrés en la ciudadanía.
Existe una clara relación entre el COVID y el estrés, por la situación social y personal pero también por la laboral.
Realizando un análisis desde el inicio de la pandemia, el estrés asociado a la situación ha tenido sus picos, como el propio virus. El inicio hizo mucha mella en el estado de ánimo, en las preocupaciones y en general incrementó el nivel de estrés. Luego, a medida que la situación se estabilizó y ahora con este repunte en plena campaña de vacunación vuelven a subir los casos de personas con un nivel de estrés por encima del habitual.
Estrés y variante Delta
Y es que las dudas con la efectividad de algunas vacunas por los casos de reinfección, la propagación de la variante Delta y la poca certeza en cuanto a las nuevas restricciones en las distintas Comunidades han provocado ese temor ante lo desconocido generando un estrés palpable.
En este sentido se ha notado un incremento notable de personas que se sentían preocupadas y con el nivel de sus variables fisiológicas alteradas, algo que denota un estado latente de estrés. Cuando se tratan esos síntomas a través de biofeedback la gente explica casos de familiares reinfectados, hospitalizados y de vacaciones suspendidas por los repuntes en otras Comunidades o países.
Hay que tener en cuenta que también hay muchos autónomos que tienen negocios directamente relacionados con la atención al cliente, en la que nuevas restricciones les coloca en una situación muy delicada. Esa sensación les lleva a pensar en negativo, y se sabe que la fuente de pensamientos negativa es una cantera para el estrés.
Yendo a temas más relacionados directamente con la pandemia hay que tratar directamente situaciones de salud. Al igual que ocurre con la variante Delta, la preocupación también se propaga entre la población. Los anuncios de terceras dosis en Pfizer o las informaciones sobre el nivel de anticuerpos que deben tener las personas para evitar reinfecciones también son otras inquietudes. Y, en esta época, cuando la sociedad empezaba a disfrutar de una ‘nueva normalidad’ ve la sombra de restricciones que pueden obstaculizar el disfrute de sus vacaciones, del ocio y, como dijimos antes, de la actividad de sus negocios.
Con esta nueva situación, el estrés es un viejo componente más que se une al estado de ánimo de la sociedad española.