Empatía. La importancia de las emociones


Cuando alguien se siente acosado, ninguneado o desmotivado, cuando alguien percibe falta de afinidad con las personas que le rodean o falta de reconocimiento por parte de los demás y sólo tiene ganas de huir, es porque todos los factores externos están fallando, no le están beneficiando y ya no puede esperar más. Es el momento de actuar desde dentro de sí mismo, tiene que tomar las riendas y aprender a controlar la situación.

La importancia de las emociones

Las emociones son el timón de nuestra vida, tomamos decisiones en función de nuestras emociones, y es que una emoción es algo subjetivo, que provoca un hecho concreto según nuestra experiencia previa y que tiene una manifestación fisiológica y conductual concreta.
El neurobiólogo italiano Giacomo Rizzolatti nos enseñó, que aprendemos comportamientos y emociones gracias a las “neuronas espejo”. Nos enseñó, que cuando un sujeto observa a otro miembro de la misma especie realizando una actividad, se activan las mismas neuronas en el que observa que en el que realiza la tarea. Así pues, podemos pensar que la empatía será recíproca, que, si tú eres capaz de tener empatía con el otro, el otro tendrá empatía contigo porque se producirá una activación neuronal en espejo. Así pues, ¿Preocuparte por ponerte en la piel del otro será una cuestión de altruismo o de egoísmo? No tengo la respuesta, aunque lo que si se, es que mientras tú entrenas tu empatía, el otro estará desarrollando también la suya, y esto os beneficiará a los dos y os permitirá resolver muchos conflictos y a reducir vuestros niveles de estrés.

¿Qué es la empatía?

Si empatizar es identificar y comprender qué emoción está sintiendo el otro, no necesariamente sentir ni compartir la misma emoción, pero sí entender y reconocer qué emoción está sintiendo esa persona en ese momento. Lo primero que necesitamos conocer son las emociones que podremos identificar.

Puesto que la emoción depende de la experiencia previa individual, siempre será subjetiva, cada uno sentirá su propia emoción con distintas intensidades, ante la misma situación.

Para entender cómo le puede afectar a cada uno una determinada situación, tendremos que conocer cuáles son las emociones que puede llegar a sentir. Todos tenemos la capacidad de percibir las mismas emociones, pero tal vez no seamos capaces de reconocerlas. Sólo si las conozco, podré identificarlas en mí, sólo cuando las he reconocido en mí puedo reconocerlas en otro. Es en ese momento, cuando al otro le va a resultar más sencillo comprenderlas en mí. “Me conozco, te conozco, me conoces”.

Cómo reconocer las emociones

A priori, a todos nos resulta sencillo reconocer rápidamente media docena de emociones, son las emociones básicas, emociones innatas que no hemos aprendido, son independientes de nuestra procedencia o nuestra cultura y tienen la misma expresión facial en todos los humanos son alegría, asco, ira, miedo, sorpresa y tristeza. Además, todas ellas, las positivas y las negativas, activan procesos somáticos como el ritmo cardíaco o la respiración.

En muchos casos estas emociones no aparecen en estado puro, sino combinadas entre sí con distintas intensidades, dando lugar a las emociones complejas mucho más difíciles de identificar porque no tienen demostración facial universal y por percibirse de manera menos intensa y pasajera.

¿Eres capaz de reconocer en ti mismo alguna de ellas?: Aburrimiento, alegría, celos, desesperación, esperanza, estupor, fobia, melancolía,
paciencia, seguridad, vergüenza…

Si las has identificado en ti alguna vez, ¿Recuerdas qué situaciones las han provocado?

Ahora, pregunta a alguien cercano las situaciones que le han provocado las mismas emociones que a ti. ¿Son las mismas situaciones, los mismos hechos?

Atrévete a ir un poco más lejos y piensa en alguien con quien creas que no tienes demasiadas cosas en común, imagina sus respuestas y pregúntale.  ¿Se parecen las situaciones a las imaginadas? ¿Se parecen las situaciones a las tuyas?

Tal vez no puedas hacer este mismo ejercicio de forma directa con quien tienes un conflicto abierto o tal vez sí, inténtalo, te sorprenderás de la cantidad de situaciones que provocan las mismas emociones en ambos y podrás comprender sus reacciones ante determinadas situaciones, porque, conocerás las emociones que le provocan.

Conclusión

Recuerda que cualquier emoción va acompañada de una conducta determinada y de una respuesta fisiológica, recuerda que, si eres capaz de reconocer tus emociones, te resultará más sencillo reconocer las de los demás y generar una nueva emoción, recuerda que las emociones secundarias son la mezcla de las básicas con distintas intensidades y que, igual que tus neuronas espejo replican la respuesta del otro, las neuronas espejo del otro también replican las tuyas. Entre ambos, será más fácil reconocer las emociones mutuas.

Aprende, entrena y disfruta y si no puedes hacerlo solo, estamos aquí para ayudarte. Contacta con nosotros, sin compromiso.

¿Quieres recibir información sobre nuestros tratamientos y cursos de formación? Cuéntanos en qué podemos ayudarte y estaremos encantados de ponernos en contacto contigo.

JUNTOS PARA LA MEJORA DE TU BIENESTAR