¿Es delegar cuidarse del estrés laboral?

Además de conseguir la cohesión entre los distintos equipos, delegar es también una forma de protegernos frente al temido estrés laboral.

Delegar es, en los términos más estrictos aplicados al trabajo, una acción que realiza una persona mediante la cual cede la responsabilidad de acometer una tarea, o tomar una decisión para la que está facultada, a otra persona que la debe llevar a cabo. Es encomendar una tarea que corresponde a una persona facultada a otra persona.

Pero, además, los motivos que acompañan esta delegación de tareas pueden resultar de lo más diversos y, entre ellos, está el que nos ayuda a cuidarnos frente al estrés laboral.

¿Por qué se delega?

Normalmente suele ocurrir cuando hay un exceso de carga de trabajo y todos tenemos en mente que la mejor forma de reducir esa carga es delegando. Pero no es la única explicación.

También se puede delegar por una cuestión de confianza, porque creemos que la persona sobre la que delegamos tiene las cualidades suficientes como para poder ejecutar dicha tarea.

Y es que delegar, en el más amplio concepto de la palabra, no especifica en qué tipo de tareas por urgencia o importancia se pueden encomendar a otra persona. Se pueden delegar tareas urgentes y poco importantes, o tareas importantes y poco urgentes…. Al final, el motivo que encontramos para poder asignar estos trabajos son muy diversos.

Si nos atenemos al sentido más estricto de la palabra, una tarea muy importante y muy urgente es algo que normalmente no se puede delegar. La razón es porque quizá la responsabilidad de dicha tarea sea demasiada para que pueda asumirla otra persona que, aun estando cualificada, no conoce los pormenores de la misma. Y aquí es donde el tiempo (la urgencia) es donde entra en juego: si no hay tiempo para poder explicar al detalle lo que se requiere, es mejor ejecutarla uno mismo.

Pero de fondo también delegar tiene un motivo importante: reducir el estrés de la persona producido por la carga de trabajo.

Delegar para mejorar en salud

Y sí, la acumulación de tareas o aglutinar más responsabilidad en tareas que perfectamente pueden ejecutar otros compañeros es motivo más que suficiente para delegar dichas tareas.

Una persona que delega, haciéndolo bien y sabiendo en quién se delega, va a conseguir que sus niveles de estrés laboral se reduzcan notablemente. Aunque esté pendiente de la tarea, su ejecución en plazo es lo que más agobia.

La cohesión con el equipo de trabajo que se obtiene a través de delegar (ojo, no sólo tareas prescindibles sino también tareas importantes) es importante para el trabajo colaborativo, algo que al final también incide en la reducción del estrés. Y se mejora el liderazgo, reduciendo el estrés del líder.

Se ha demostrado según diversos estudios que las personas que delegan tareas tienen un nivel de calidad en el entorno de trabajo mucho mayor que quienes aglutinan todos los esfuerzos. La ambición profesional lleva, en muchos casos, a que esto sea así y no se ceda la oportunidad a otras personas de poder lucirse en su trabajo.

En resumen, que si en la empresa del siglo XXI quieres desarrollar tu potencial no debes dejar que el estrés te consuma y, por eso, delegar forma parte del management eficaz en cualquier organización.