Gestionar la incertidumbre

¿Te has encontrado alguna vez con situaciones que te han desbordado? ¿Sientes que no eres capaz de gestionar la incertidumbre? atento, te contamos las claves de por qué nos ocurre y qué cosas podemos hacer para mantenerla bajo control:

El ser humano tiene un diseño casi perfecto que lo mantiene, de manera permanente, alejado de situaciones de peligro físico, para aumentar sus posibilidades de mantenerse a salvo, sistema que depende del sistema nervioso autónomo. Ante una situación potencialmente peligrosa, el organismo se prepara para huir o para defenderse de ella, así hemos llegado hasta nuestros días, aprendiendo cuándo debíamos huir de aquellas situaciones en las que no teníamos oportunidad de salir con éxito y, cuándo no había escapatoria o podíamos enfrentarnos a ellas, luchando. Así nos hemos ido adaptado y sobreviviendo.

Este mecanismo de defensa depende de ese sistema nervioso autónomo y es competencia específica del sistema nervioso simpático, es un mecanismo automático, inmediato, no necesitamos pensarlo y lo llamamos reflejo de “lucha-huida”, prepara físicamente al organismo acelerando su ritmo cardiaco, enviando energía a los músculos superiores de tronco, y zonas superiores de las extremidades, ampliando la dilatación de la pupila o acelerando el ritmo respiratorio, entre otras respuestas inmediatas.

Cómo actuamos ante las diferentes situaciones

Ante situaciones conocidas reaccionamos de manera consciente, racional, eligiendo si debemos construir, avanzar, ir por un lado o por otro. Cuando la situación es desconocida y no podemos anticipar el resultado, la respuesta del organismo siempre es automática, porque ante la duda, el organismo tiene un objetivo muy claro “protegerse” y para su protección, trae de serie la instrucción de “luchar o huir” que siempre se manifiesta con la modificación física descrita.

Por eso, ante situaciones de incertidumbre, de falta de certeza sobre una determinada situación y sobre sus consecuencias, nos solemos encontrar incómodos, estresados, frustrados o atemorizados. Sin embargo, cuando van sucediendo los hechos, en la mayor parte de las ocasiones, el desenlace es más favorable de lo pronosticado, lo que nos hace pensar que, de haberlo sabido, nos podíamos haber ahorrado tanto malestar previo.

¿Qué podemos hacer para gestionar la incertidumbre?

Por eso, para alejar el malestar que provoca la incertidumbre, el mejor antídoto es la toma de consciencia, la capacidad de observación del entorno, el acceso a la información acumulada por el aprendizaje y deshacer el círculo vicioso del estrés rompiendo la activación del reflejo de “lucha-huida” preparando físicamente al organismo para la reflexión, la reflexión también depende del sistema nervioso autónomo, en este caso del sistema nervioso parasimpático, rebajando el ritmo cardiaco, relajando los músculos superiores de tronco, y zonas superiores de las extremidades, reduciendo la dilatación de la pupila o bajando el ritmo respiratorio.

Te recomendamos que sigas estas acciones:

  • Aceptar que no tienes control sobre las cosas y personas que te rodean.
  • Reconoce y valida tus emociones.
  • Aprender a manejar tus emociones ante las reacciones de los demás.
  • Observa y disfruta del presente.
  • Atiende, entiende y pregunta lo que expresan los demás.
  • Confía en ti.

Y sí no sabes cómo hacerlo estamos aquí para ayudarte, contáctanos y te contamos cómo gestionar estas situaciones: 91 130 88 12 info@cocotraining.es o pídenos información de nuestro curso Cómo gestionar la incertidumbre