Atención y estrés

La atención y el estrés dependen de la intervención del sistema nervioso autónomo, el que se ocupa de las respuestas involuntarias del organismo, como el latido del corazón, la digestión, el funcionamiento de los pulmones, la contracción y dilatación de las pupilas, etc. El sistema nervioso es el encargado de dar instrucciones de activar y desactivar estos mecanismos.

¿Cómo funciona nuestro sistema nervioso?

Así, el organismo funcionará de manera diferente según las demandas del entorno. Si hay algún peligro del que huir o defenderse, las pupilas se dilatarán, los músculos se tensarán, los pulmones hiperventilarán, el corazón comenzará a latir más rápido y la digestión se parará para no entorpecer la lucha o la huida. De esta manera se activa el Sistema Nervioso Simpático.

Si por el contrario necesitamos prestar atención a determinada información, analizar una situación, tomar una decisión o retener información en la memoria, las funciones anteriores serán las contrarias, se relajarán los músculos la respiración será más amplia y pausada y el corazón latirá con más calma. Se alcanza el procesamiento de la información gracias a la activación del Sistema Nervioso Parasimpático.

¿Por qué tenemos dificultades para prestar atención?

Es por esto, por lo que situaciones en las que te preocupa algo, tienes sobrecarga de trabajo, estás triste o sientes miedo, tienes dificultades para centrarte en lo que estás haciendo, tardas más en aprender, se te olvidan las cosas o te cuesta comprender.

La dificultad y, a veces, la imposibilidad, de concentrarse y realizar correctamente a la primera lo que se está haciendo, se añaden a los motivos de preocupación, aumentan la sobrecarga porque hay que repetir o alargar el tiempo destinado a ello y aumenta el miedo por no cumplir con la obligación, lo que incrementa la dificultad de centrarse, aprender o trabajar, alimentando el llamado “círculo vicioso del estrés”.

Sin embargo, cuando te centras en unas tareas sencillas, que requieren atención, aunque no planificación, como ordenar tus correos electrónicos, ordenar tu cajonera o los armarios de la cocina, colorear mandalas, hacer punto de cruz o regar las plantas, tu cerebro necesita activar el sistema parasimpático, desactivando automáticamente el simpático, lo que te lleva a una sensación de calma y relajación.

El círculo virtuoso del bienestar

Si aprovechas esa sensación de calma para reiniciar de forma organizada y planificada la tarea obligatoria podrás convertir el “círculo vicioso del estrés” en el “círculo virtuoso del bienestar”.

Conocimiento, control y entrenamiento son las herramientas necesarias para no dejarse arrastrar por el estrés de cada día y maximizar nuestras capacidades de concentración, aprendizaje y rendimiento.

Me siento mal, trabajo mal, me siento peor, trabajo peor y termino enfermando.

Me siento bien, trabajo bien, me siento mejor, trabajo mejor y me siento con plenitud de energía.

Si tienes problemas de atención y necesitas que te ayudemos a recuperarla estaremos encantados de atenderte. 91 130 88 12 info@cocotraining.es