Mi jefe está estresado: ¿Qué hago?

Cuidado, mi jefe está estresado. Prisas, clientes, proveedores, presupuestos, reclamaciones, objetivos; el mundo laboral es un entorno dinámico y desafiante, donde los jefes de equipo desempeñan el papel principal para que las organizaciones alcancen sus retos. Sin embargo, hay un aspecto que a menudo se pasa por alto: el estrés experimentado por los jefes y cómo este puede afectar significativamente al rendimiento de sus equipos. Además, algunos líderes parecen resistirse a observar y apoyar la buena salud emocional de sus colaboradores, lo que crea un ciclo vicioso de tensión y bajo rendimiento.

Mi jefe está estresado: Un Efecto Dominó en el Equipo

Los responsables de personas enfrentan una presión constante para cumplir con objetivos, tomar decisiones y liderar a sus equipos. Este nivel de estrés no solo afecta a la salud mental y física del líder, también tiene un impacto directo en el desempeño de su equipo.

Cuando un jefe está abrumado por el estrés, es más probable que tome decisiones impulsivas, que pierda la capacidad de analizar los problemas con perspectiva y visión a largo plazo y que se comunique de manera más agresiva y menos efectiva, cometiendo omisiones y sin observar el feedback necesario sobre la comprensión por parte de sus colaboradores. Esto crea un ambiente tenso y poco claro para el equipo, lo que se traduce en una disminución en la moral y la productividad del equipo. Los miembros del equipo son sensibles a la energía y actitud de su líder, y un jefe estresado puede contagiar fácilmente esa tensión al grupo.

Además, el estrés del jefe puede afectar a su capacidad para empatizar y apoyar a sus colaboradores, esta falta de apoyo y comprensión puede dejar a los empleados sintiéndose desmotivados, poco valorados y, en última instancia, afectar su compromiso con el trabajo y con el resto del equipo.

LÍDER Y ESTRÉS

Líder y estrés

La Resistencia a Abordar la Salud Emocional

A pesar de la creciente conciencia social sobre la importancia de la salud mental en general y en trabajo en particular, algunos jefes aún no se sienten responsables de su impacto sobre la salud emocional de sus colaboradores o lo consideran fuera de su ámbito de competencias, en otros casos existe una total falta de comprensión sobre la importancia de la salud mental, considerando que su cuidado y atención debe abordarse en el ámbito exclusivamente privado del trabajador. Estos factores unidos a la presión que sufren los mandos para cumplir con objetivos a corto plazo y la ignorancia que tienen a cerca de la necesidad de mantener una buena salud mental para aumentar el rendimiento físico e intelectual y la mejora de las competencias del individuo, sitúan a algunos jefes de equipo, lejos de los estilos de liderazgo más competentes y eficientes.

Esta visión de la gestión, centrada únicamente en los resultados económicos y la productividad en plazos inmediatos, de la mano dura e inflexibilidad, tiene consecuencias graves. Ignorar la salud emocional de los empleados no solo impacta negativamente sobre su bienestar individual y en su la salud física, sino que también mina la cohesión y la eficiencia del equipo a largo plazo, así como favorecen el absentismo y por lo tanto un descenso notable de la productividad.

La diferencia entre el estrés sufrido por el líder y el estrés del colaborador es que en el caso del primero, la capacidad y autonomía en la toma de decisiones, permite a estos hacer una transformación de la percepción del estrés y convertirlo en “reto” mientras que en el caso, del equipo, la presión ejercida por el jefe, puede desembocar en situaciones de Burnout, agotamiento, cinismo e ineficacia profesional de la que es más costoso recuperarse que del estrés agudo.

Hacia una Gestión más Empática y Efectiva

Implementar programas de bienestar, fomentar una cultura de apoyo y promover la apertura en la comunicación son pasos cruciales. Formar a los mandos en el uso de herramientas que les permitan observar el estado emocional de sus colaboradores y por qué no, actuar como coaches emocionales, redundará en un sistema de trabajo más saludable satisfactorio y productivo.

En conclusión, el estrés de los jefes tiene un impacto directo en el desempeño de sus equipos. La falta de atención a la salud emocional de los colaboradores solo perpetúa un círculo vicioso muy perjudicial que afecta tanto a los individuos como al rendimiento organizacional. El liderazgo se debe adoptar desde un enfoque más equilibrado y empático, reconociendo que el éxito a largo plazo va de la mano con el bienestar emocional de los equipos.

Si eres responsable de liderar un equipo, observa cual es tu nivel de estrés, observa también cual es el nivel de estrés de tus colaboradores y busca herramientas que os ayuden a todos, realizaréis vuestro trabajo de forma más eficiente y cualificada, alcanzaréis niveles de cohesión más elevados y vuestros niveles de bienestar personal y organizacional alcanzarán las cotas más elevadas. Acepta el reto, alcanzad vuestro bienestar.