Ganar la partida al estrés diario, ¿cómo?
¿Sufres estrés diario? Los quehaceres del día a día nos impulsan a realizar actividades y a reaccionar a distintos acontecimientos que acostumbramos a tomar como rutina. Estos acontecimientos, actividades pueden ser una manera de que el estrés se presente cada día no siendo conscientes de que esto puede ser así.
Si sabemos reaccionar bien ante estas supuestas ‘amenazas’ podemos extraer de ello un aprendizaje que lo convierta en una oportunidad. Toda vez que sepamos cómo lidiar con ellos, cómo enfrentarnos a ellos y cómo convertirlos en una herramienta de resiliencia que nos ayude a no habituarnos a ellos.
No es sencillo quitarnos de encima todos estos inconvenientes que nos resultan especialmente molestos. Pero sí podemos cambiar ciertos hábitos porque los hombres somos animales de costumbres. Estos cambios reconducirán y mejorarán el estilo de vida que llevamos.
En casa estos hábitos estamos convencidos que, si los cambiamos, van a reducir el nivel de estrés. Los factores estresantes, los acontecimientos duros o dolorosos seguirán existiendo y serán inevitables. Pero cuanto más preparados estemos y cuantos más momentos relativicemos que realmente no son estresantes, seguro que vamos a vivir mucho mejor.
Estrés diario. Cómo combatirlo
Sólo con aprovechar nuestra relación con las personas próximas a nosotros, practicar la escucha activa y entrar en sus conversaciones nos va a ayudar a disfrutar estos momentos y estas relaciones.
Estar solo en ocasiones es necesario y saludable. Es absurdo pensar que querer estar solos un tiempo puede condicionar nuestro grado de culpabilidad.
No entrar en modo competición permanente, disfrutar de lo que hacemos sin necesidad de ‘ganar’ en todo lo que hagamos.
Cuidar de nuestro dinero, no obsesionarse con el dinero. Una cosa es tener el control sobre él y otra que sea él quien nos controle. Renunciamos muchas veces a cosas que podemos hacer por presiones autoimpuestas.
Descansar, salir, viajar y disfrutar. Estas cuatro palabras unidas están relacionadas con vacaciones pero también con escapadas cortas o excursiones de un día.
Dormir sí, pero…y madrugar un poco para no ir corriendo a todos los sitios. Media hora menos no supone mucha pérdida de descanso frente a lo que creemos y nos puede ayudar mucho para ordenar nuestro tiempo desde por la mañana.
Disfrutar de la gente que queremos, cuando queremos y de la forma en la que nos apetece también es una buena manera de mejorar nuestra calidad de vida. Los echamos de menos, aunque no lo reconozcamos o no sepamos procesarlo.
Empezar con esto hoy no es más que dejar al lado el estrés de mañana. Con todos estos alicientes y un poco de biofeedback…¿cómo no vamos a poder sacar al estrés de nuestras vidas?
No se trata de poner todo en valor y en práctica ahora mismo pero si poco a poco incorporamos estas rutinas a nuestra vida, la salud mental ganará muchos enteros y alejaremos aquellas situaciones que de verdad nos estresan.
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