¿Por qué las expectativas generan estrés?

¿Conoces la relación entre expectativas y estrés?. Una de las cosas que más estrés generan en el entorno laboral y en el personal son las expectativas, especialmente en personas que están sometidas a mucha presión o son demasiado ambiciosas.

Las expectativas en sí no son malas compañeras de viaje. Son las que nos permiten mejorar en nuestro día a día, en el trabajo, y conseguir evolucionar en todos los aspectos de nuestra vida. Se confunden con metas, con objetivos, pero una cosa es lo que se espera y otra cosa es lo que se quiere conseguir.

La resiliencia nos ayuda en el caso de que no seamos capaces de llegar a conseguir aquello que nos hemos propuesto. Mutar hacia nuevos objetivos, desarrollarnos en otras parcelas…al final no deja de ser una forma de adaptabilidad a nuevas circunstancias.

Las expectativas sobre algo es aquello que esperamos que ocurra depositando un cierto nivel de confianza. Es lo que esperamos que sea nuestro trabajo, nuestra vida, las nuevas aventuras.

¿Por qué nos frustramos?

Cuando el ser humano centra muchos de sus esfuerzos por conseguir las metas que se ha impuesto en base a sus expectativas y no lo consigue, acaba frustrándose. La gestión de esa frustración es lo que va a servir para que, de un modo u otro, el estrés tenga una mayor presencia.

Pero retomemos algo que es inherente a esas metas que nos ponemos y las expectativas que nos creamos. Y no es otra cosa que aquellos factores que no dependen de nosotros para alcanzarlas y que esas expectativas se conviertan en una realidad.

Esos factores externos dependen del entorno, de las circunstancias que rodean nuestros trabajos y nuestra vida personal y de otras consideraciones como de la racionalidad con las que establezcamos esas expectativas.

La no consecución de las metas y no alcanzar las expectativas que se tienen, convierten este hecho en una fuente de estrés como hemos dicho anteriormente. Especialmente en personas con una fuerte determinación a la hora de conseguirlas y de no ser capaces de gestionar correctamente estos ‘fracasos’.

El estrés no sólo se presenta en el momento de evaluar el resultado final. La obsesión durante el proceso también se considera una fuente importantísima de estrés, ya que hay personas que consideran importante y esencial cada paso, con un exceso de control que no ayuda a tener una perspectiva más sana de todo este camino.

Expectativas y estrés. Algunos consejos

Si bien el título del post es ¿porqué las expectativas generan estrés?, ya vamos descubriendo que no son las expectativas sino la gestión interna y emocional de cómo alcanzarlas y del proceso de consecución de las mismas lo que provoca ese estrés. No es la meta sino nosotros. No es el cómo, sino el quién.

Aquí te dejamos con algunos consejos para que tus metas no te conviertan en preso de sus datos:

– Siempre crea una expectativa posible, con metas alcanzables y medibles, y que no se aleje de la realidad. Es mejor ponerse metas cortas y alcanzables para ir subiendo progresivamente el nivel que intentar llegar a un tope inalcanzable.

– Saca aprendizaje del fracaso, no lo tomes como algo negativo. Se aprende más de una derrota que de una victoria. Se aprende más analizando un fallo que disfrutando del acierto.

No eres más por conseguir aquello que te propongas y no eres menos por no conseguirlo. A veces, puedes sentirte muy orgulloso de pasos que hayas dado sin tener que haber alcanzado tu objetivo.

Descansa, relájate, haz una vida normal donde las relaciones sociales y el ejercicio forme parte de esa vida paralela a tus objetivos profesionales.

– Aprovecha y desarrolla tu creatividad, que es para lo que sirve también tener una expectativa unida a unas metas u objetivos.

Esperamos que este post te haya hecho reflexionar sobre las expectativas. No para que dejes de tenerlas sino para que tus pretensiones, deseos y formas de alcanzarlo no te supongan un problema con nombre y apellidos: estrés.