El autocontrol : qué es y cómo mejorarlo

Es importante para empezar conocer exactamente qué se conoce como autocontrol, cuando tratamos de dominar el estrés y situaciones que lo provocan.

El autocontrol se produce cuando se intenta regular una conducta conflictiva. Un requisito para que ocurra el autocontrol es que se ponga en marcha sin ninguna obligación exterior ya sea física o social. Por eso, la apalabra lleva el prefijo «auto».

No hay que confundirlo con la fuerza de voluntad ya que ésta es una variable de personalidad. Cometer el error de pensar que el autocontrol es un rasgo de personalidad no es útil porque entonces significaría que no se puede realizar un entrenamiento. Y ese entrenamiento con biofeedback es de gran ayuda para superar los problemas del estrés.

Por lo tanto, cuando queremos modificar nuestra conducta debemos hablar de autocontrol y no de fuerza de voluntad o de autorregulación.

¿Cómo podemos aumentar nuestro autocontrol?

Mediante la auto-observación. Lo primero, y muy importante, es detectar la conducta y darse cuenta de su ocurrencia. Se debe tratar de conseguir datos de los problemas y las relaciones que existen entre éstos y nosotros mismos.

Después, como en toda planificación, hay que fijarse unos objetivos. Establecer qué nivel de control se quiere alcanzar.

Entrenamiento en técnicas concretas y establecimiento de criterios de ejecución (respiración, concentración, etc). Se deciden las técnicas concretas de autocontrol y se establecen las reglas de conducta. Lo complicado es aplicar estas técnicas en contexto real. Se trata de la puesta en práctica. Para ello hay que identificar la situación que genera el problema, saber cuál es el problema y origen de todo.

Después hay que tratar de poner en práctica la táctica adecuada, como la que entrenamos con el biofeedback. Es importante poder aplicar lo que hemos aprendido con el biofeedback en situaciones reales.

Después deberemos evaluar si hemos actuado correctamente o no. Si hemos actuado bien, podremos premiarnos con algo (autorrefuerzo), en el caso de que hayamos actuado mal, podremos autocastigarnos.

¿Qué tipos de autocontrol existen?

Existen dos tipos de autocontrol. Uno es el autocontrol decisional, en el que sería evitar los estímulos problemáticos. Por ejemplo, evitar un episodio de estrés traumático ignorando la situación. Otro es el autocontrol demorado que consistiría en utilizar técnicas para poder controlar ese estrés, como las que utilizamos con el biofeedback.

Como indicábamos el otro día con una imagen en nuestras redes sociales sería controlar conscientemente procesos que se descontrolan inconscientemente. Para esto serviría el entrenamiento de nuestras variables fisiológicas y conseguir cierto autocontrol físico y mental.

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